Excursión Galipark - 5 EP 21-22

Podíamos pensar que era un sábado cualquiera, pero... NO. Todos estábamos muy nerviosos, llevábamos 3 años sin excursionar. ¡¡¡Qué nervios!!!

Algunos no dormimos. Lo único que teníamos en la cabeza era aquella frase que dijimos en el 2018 al salir de la granja de Alvarelle... ¿A ver a dónde vamos de excursión el año que viene? Nadie sabía que esta espera iba a ser tan larga... quién sabía lo que era el COVID-19.

Pero... aquí estamos. La espera valió la pena. El día amaneció radiante, con un sol atípico en nuestra ciudad y una temperatura más que agradable y eso que eran las 8:15 de la mañana.

Nos encontramos todos en la explanada y faltó tiempo para subir al autobús. Pasamos lista y arrancamos. El viaje lleno de risas, canciones, nervios,... era una coctelera en la que María José y Elena, madres del ANPA, se habían sumado con mucha ilusión.

Tan pronto llegamos, se presentaron las monitoras y en un pis pas ya tenían los grupos hechos. Sin ningún problema se fueron con sus monitores a las distintas actividades.

No nos lo podíamos creer, ya estaban disfrutando desde el minuto uno. Un grupo estaba en tiro con arco, láser tag y el otro grupo en los circuitos de altura y tirolina. Disfrutando tanto que no sabíamos a qué grupo atender, todos estaban funcionando a la perfección.

A media mañana hicimos un descanso para reponer fuerzas y beber, ya que el día era propio del verano, con mucho sol y calor. Al terminar hicieron el cambio de actividad. Y siguieron realizando las actividades con el ansia y disfrute del comienzo,... no hay quién los pare!!!!!!

A las 14:30 paramos para comer nuestros picnics a la sombra de los árboles y allí charlotearon en grupos mientras comían. Al terminar, unos jugaron con juegos de mesa y otros, como no podía ser de otra manera, jugaron un partidillo de fútbol después de comer.

Cuando las monitoras terminaron de comer, nos preparamos para disfrutar en la piscina y en el tobogán acuático. Era un no parar, después de volver a embadurnarnos en crema corriendo de una a otra sin descanso. Entre chapuzones y deslizamientos pasamos la tarde. Hicimos una pausa para merendar unos bocatas, fruta y chocolate con los que el ANPA nos obsequió. Ayudaron a repartir como si del bar solidario se tratase. ¡¡¡¡Qué buenos y qué mayores ya están estos chicos de 5º!!!!!

Como la tarde era tan calurosa aún cayó otro chapuzón. Pero ya el día estaba llegando a su fin. Con mucho esfuerzo fuimos saliendo del agua para cambiarse y prepararse para la vuelta.

En el autobús entre gritos de cómo iba el partido de la Champions y las canciones, algunos empezaban a mostrar en su rostro ese cansancio  de un niño que ha disfrutado como si no hubiera un mañana.

Por fin llegamos, más tarde de lo acordado pero con una sensación de haber vivido el mejor día de sus vidas. Teníamos a los padres esperando a sus peques agotados y salieron todos con una sonrisa que sólo de verlos, se nos llenó el corazón de alegría. 

Por fin sí que volvemos a la «normalidad». Ahora sí. Esperando ya, la próxima excursión.

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