EXCURSIÓN DE FIN DE CURSO 6º E.P. A CASA DA TERRA

Los alumnos de sexto curso disfrutaron de su excursión de fin de curso y de despedida del colegio, el sábado 16 de mayo. Salimos a las nueve de la mañana hacia la granja escuela A Casa Da Terra, en Lugo.

Al llegar a nuestro destino, nos recibieron tres monitores y tres perros que se harían inseparables durante toda la jornada.

Empezamos con un juego de presentación, después los dividieron en dos grandes grupos y cada grupo inventó su grito de guerra. A continuación vino  la  búsqueda del tesoro con numerosas pruebas para conseguir un trozo del mapa. Nos reímos un montón. Hubo adivinanzas, todo tipo de carreras, de lado, como cangrejos, hacia atrás, como ranas, como canguros, carrera de huevos... el juego de la manzana, pasarse la pelota sentados en cadena, juegos con globos… En definitiva, un sinfín de pruebas, a toda marcha, para ver qué grupo ganaba ¡Fue muy divertido!

Al mediodía, comimos todos juntos en el comedor de la granja y de sobremesa pasamos un rato entrañable viendo las fotos del  usb, con las que desde el APA obsequiamos a todos los niños que finalizan sexto. Sin duda, las de los primeros años en el colegio fueron las de mayor éxito. Nos echamos unas buenas risas...

Por la tarde, los dividieron en tres grupos y pasaron a disfrutar de las otras actividades que teníamos planificadas: la ruta en bici, tiro con arco y descenso en tirolina. 
La rutas en la bici eran de una hora; el primer turno se marcó el gran sprint y necesitó mucho menos ¡Se lo pasaron de lo lindo! Mientras, otros estuvieron afinando puntería con el arco y el tercer grupo se lanzaba dos veces cada uno por la tirolina. Una vez que los tres grupos pasaron por todas las actividades, tuvimos una pausa para merendar y descansar un poco en las hamacas.

Apenas pasó media hora, volvieron a la carga repitiendo las actividades según el gusto de cada uno y las veces que quisieron. Algunos, incansables, aún se animaron a jugar al volleyball.

Tan entretenidos estaban que el tiempo pasó volando y pronto llegó la hora de irse. Todos estaban felices, se lo pasaron en grande y encima tuvimos la suerte de que nos acompañó un espléndido día de sol.

El camino de vuelta se hizo más corto y, aunque cansados, seguían con sus risas y bromas. A mitad del trayecto, y tras una breve parada, la última sorpresa ¡¡¡tres cajas de regalices de picapica!!! Se las merecían porque se portaron muy bien.

Podemos deciros que nos maravilló su compañerismo. Aún con las diferencias de cada uno y sus distintas afinidades, pudimos sentir que entre ellos no existen grupos. Son todos uno ¡ Felicidades!

Rocío



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